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jueves, 21 de julio de 2011

La Balada del Caballo y el Perro.

Hace muchos años había una granja, en esa granja convivían gallos, patos, gallinas, caballos y gatos. La estrella del lugar era un caballo blanco y hermoso, joven y fuerte llamado Azúcar. Él era muy orgulloso y era la bestia favorita del granjero, paseaban juntos siempre; él lo bañaba y Azúcar lo dejaba subir a su lomo, paseaban hasta que el sol se escondía y luego el granjero siempre tenía un cuento nuevo para contarle a su corcel.
Un día el granjero salío para la ciudad y no regresó en un buen rato, Azúcar comenzó a temer lo peor, se sentía nervioso y no dejaba a nadie subir en su lomo, estaba muy frío, malhumorado e incluso bajó de peso y su pelaje dejó de ser brilloso. Hasta que regresó el granjero y lo abrazó como se abraza a la mujer amada, cabalgaron juntos y hubo cuentos de nuevo.
Pero ese día también pasó algo nuevo en la granja, algo que nadie contemplaba. apareció un perro viejo y bonito, un huskey siberiano lo suficientemente perdido para aparecerse en el establo, era gris y de ojos negros, nariz respingada y tenía una pequeña pata rota. Apareció en el establo de Azúcar y se presentó. El caballo aceptó dejarlo dormir en la basura mientras no hiciera mucho ruido, el perro agradecido se durmió con una sonrisa en la cara.
 El perro durmió muy incómodo, pero feliz de tener un techo esa noche. Amaneció y el perro salió caminando antes de que despertara el caballo. "Ese perro raro se fue, bueno, es hora de cabalgar" El caballo esperó al granjero para salir a pasear y se abrazado por él. Pasó una hora yu pasaron dos, cuando pasaron tres el caballo salió por sí solo, lleno de miedo, y ahí estaba el granjero, se veía feliz y un poco desgarbado, aún así abrazó al caballo y pasearon un rato.
El perro volvió esa noche y el caballo mantuvo su increíble ganga de dormir en la basura junto a la tabla a punto de vencerse. A la mañana siguiente, el perro ya no estaba. El granjero llegó a tiempo y Azúcar lo disfrutó mucho.
Pasaron unos meses, y el perro seguía viviendo con el caballo para dormir, nunca se hablaban, nunca se decían nada, sólo llegaba uno y se dormía en la basura, mientras el otro tenía toda la paja y todo el heno para él.
El granjero también había cambiado su forma de se un poco, ya no pasaba tanto tiempo con Azúcar ahora tenía que ir a estudiar a la ciudad y siempre se iba en el carro de la familia, a veces llegaba tarde y sólo pasaba a dejarle a Azúcar su comida, ya no había cuentos a diario ni carreras, ahora el granjero tenía una nueva vocación, una nueva vida, y el caballo debía respetarlo. Pero Azúcar estaba intranquilo, se sentía triste y malquerido, ya no se sentía apreciado por su amo, y ahora se hacía el digno, ya no corría como antes, ya no lo acompañaba a todos lados.
Un día Ruffo llegó en la noche y vió intranquilidad en el semblante del equino, antes feliz.
-¿Que tienes amigo, te puedo ayudar en algo?
-Nada que te importe, tú eres un perro callejero, nunca has tenido amo.
-Te equivocas, yo tengo un amo, un amo feliz y contento allá en la ciudad, que me mima y me da de comer, a veces corremos y paseamos, es genial, yo nunca había sido querido por nadie, todos me hacían el feo, pero él es diferente, me quiere, me abraza y me lanza la pelota; juega conmigo y siempre me sonríe.
-¿Por que vienes a dormir todas las nioches aquí, si ya tienes amo, por que aceptas dormir entre la basura si tienes una casa a donde llegar?
-Por que tiene una familia y mascotas y una casa y no puede tener perros, por que ya tiene demasiados animales, entonces soy un secreto, sólo somos él y yo, y nadie más.
-Entonces ¿Es tu dueño pero no puede tenerte?
-Claro, tampoco es que tenga mucho tiempo, siempre estamos a escondidas, por que su familia detesta a los perros. Nunca ha tenido un perro, siempre me dice que soy único, la última mascota diferente del mundo.
-Eso es ilógico, ¿por que sigues estando con ese amo si lo ves a medias y de manera prohibida? ¿No sería más fácil conseguirte otra familia? Eres un perro bonito.
-Yo lo sé, muchas gracias. No sabría decirte, sólo sé que con él me siento único, especial y mágico, no hay nada que pueda evitar que esté junto a él. No quiero otro dueño, también eso me dijeron mis hermanos y otros perros callejeros cuando les conté sobre el chico, pero yo así soy, muy leal y fiel, mientras estemos juntos, todo será posible.
-Pero tiene otras mascotas, ¿eso no te enfurece? mi amo va a la escuela y si yo me enterara que tuviera otra mascota favorita, lo tiro a media corrida
-No te diré que me pone celoso que tenga tantos animales, pero yo sé que no los quiere, sólo juega con ellos, pero no se deja abrazar y tampoco los quiere mucho, a final de cuentas, son mascotas de la familia. Él sólo tiene una mascota. A quien quiere, su animal favorito, el que estuvo con él en los peores momentos y ahora no puede abandonar, lo adora y la gusta pasar tiempo con su mascota, es aceptado por su familia y yo ni siquiera paso de un simple perro callejero. Es lógico, ¿Quien en su sano juicio cambiaría un hermoso corcel blanco por un pobre perro callejero?
-¿Que dices?
-Que la mascota de mi amo es un caballo blanco... creo que se llama Azúcar. No lo piensa dejar por mí, pero yo me empeñaré hasta mi último ladrido en que me quiera como lo quiere a ékl, y mucho más, lo estoy consiguiendo.
>>¿A ti que te pasa, Amigo caballo?
-Nada, Un Odioso Perro me Roba mi Oxígeno, a mi amo y mis cuentos.
-Ahora que lo dices, mi Amo También me Cuenta Cuento - el perro salió del establo y no regresó.
A la mañana siguiente el granjero fue aplastado por el caballo, quien le cayó encima y le rompió la cara, lo dejó inconciente y se fue. El perro y sus aullidos salvaron al niño. La Familia acpetó al perro, el niño todavía no camina pero puede contar cuentos.
Nadie sabe nada del caballo loco

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